El año pasado en Semana Santa unas amigas y yo nos fuimos a Bolonia. No fue un viaje planeado; de hecho la primera opción era Turquía, pero cuando nos pusimos a planearlo ya era demasiado tarde y todo demasiado caro; así que recurrimos a coger el billete más barato que hubiera para esas fechas y fue...¡Bolonia!
Reconozco que era un destino que en la vida me había planteado, pero os aseguro que volví enamorada.
El viaje fue muy relajado. Estuvimos 3 días y medio, pasando uno de ellos en Verona. Y os aseguro que hasta nos sobró tiempo para echarnos la siesta.
El primer día llegamos sobre las 4 de la tarde. Dejamos las cosas en el hotel y nos fuimos a dar un paseo, y casi sin darnos cuenta ¡nos recorrimos la ciudad entera! Nos dio tiempo hasta de merendar un helado en gelateria La Torinese y paseando, paseando descubrimos un sitio estupendo para cenar: la pizzeria O`sole mio en la via
Castiglione. La vimos de pasada en una de las calles y nos llamó la atención por estar llena, pero de gente local, así que preguntamos si había mesa, y nos gustó tanto que al día siguiente repetimos (también repetimos helado 😋🍨).